Muy pronto por la mañana, dejo Cuernavaca para tomar el autobús. Espero que mi viaje sea más agradable que él hasta Taxco. Estoy muerta de sueño, me duermo rápido. Despierto unos minutos antes de llegar a la estación de autobuses de Puebla. Sigo bastante enferma. Al llegar, me siento en la enorme sala de espera. No tengo el coraje de ir a la ciudad. 2 horas pasan hasta que decido tomar un bus para alcanzar el centro.
Puebla, o de su nombre oficial Heroica Puebla de Zaragoza, también es conocida como «Puebla de los Ángeles» ya que cuenta la leyenda que fue trazada por ángeles. Alberga unas muestras importantes de arquitectura civil y colonial. También está característicada por sus hermosas y coloridas fachadas.
Llegada a Puebla
Salgo del edificio, el sol me deslumbra. Mucha gente. Muchos buses. Me siento demasiado mal para intentar entender en cual me tengo que subir. Vuelvo dentro y busco la taquilla de los taxis seguros. Una vez el billete comprado, hay que hacer cola para subir a un vehículo. La cola esta muy larga. Me da tiempo a conocer a una mujer que tiene que dar una conferencia en la universidad de la ciudad. Mi taxi llega. Un hombre encantador y amable, que me comenta que colecciona las monedas. Busco en mis euros, una moneda bonita qué regalarle. Me deja en la puerta de mi hotel.
El increíble Leonora Hostal
Llego con 2 horas de antelación. A ver si hay suerte… El equipo de recepción, tan educado como simpático, me dice que ya puedo entrar en mi habitación. Uno de ellos me lleva allí y me enseña el edificio. Se trata del hostal más guapo que he visto en mi vida. Es una casa que perteneció a varios personajes ilustres del entorno poblano. El edificio es de estilo barroco y con detalles de Art Nouveau. En pocas palabras, un lugar precioso y con historia(s).
Primeros pasos en el centro
Después de una buena ducha, empiezo mi visita de la ciudad. Primera etapa, la catedral. Su construcción se inicio en 1575 y 300 años fueron necesarios para acabarla. Consta de catorce capillas en varios estilos. Además, se pueden ver numerosas estatuas de santos y ángeles. Sus campanarios miden algo menos de 70 metros de altura, el más alto de México.
Al salir, me siento en el Zócalo. Esta plaza es llena de árboles y contiene muchas esculturas. Además, ya que se está acercando el día de los muertos, se suman otros elementos decorativos. Muchas niñas y adolescentes se están haciendo sesiones de fotos. Muchos edificios notables rodean el Zócalo, como el Palacio Municipal y la Casa de los Muñecos. Veo el banco Santander y pienso que es hora de sacar un poco de dinero para el resto del viaje. Me quedo en choque cuando veo lo que me quitan por las comisiones.
Delicioso mole poblano
Decido explorar un poco más la ciudad. Me paseo en sus calles tan coloridas. Noto que hay muchísimas iglesias. Me aventuro en el barrio de los sapos. Se trata de una zona que cuenta unas tiendas de antigüedades, entre sus elegantes edificios coloniales. Paseándome, un cartel llama mi atención: la cocina de Mama Lupita. Deduzco que tiene que ser comida casera y entro en este luminoso patio. Unas señoras me reciben con amplias sonrisas. Voy a probar la especialidad de la ciudad: el Mole Poblano, un pavo cocinado con una salsa difícil de identificar. Toda la comida es excelente y la atención se merece un 10. Seguramente uno de los mejores lugares donde comí durante este viaje.
Vuelvo al hotel para descansar un rato. Sigo sola en este dormitorio de 4 personas. El olor de la cera y de los muebles antiguos me hace viajar a otra época. Una corta siesta y sigo visitando la magnífica Puebla.
Iglesias y mercados
Paso por el Templo del Espíritu Santo, también conocido como el Templo de La Compañia, por haber sido fundado por los Jesuitas de la Compañía de Jesús. Me siento en un banco en frente para admirar su increíble fachada blanca. Sigo mi camino hasta el mercado de artesanías. Un lugar alegre y colorido, perfecto para hacer unas compras: bisutería, madera tallada, mantas, pinturas…
Me alejo del centro para ir a la iglesia de San Francisco. Hace calor. Muchos coches circulan en esta zona de la ciudad. Llego cerca y veo su torre de 4 niveles que destaca desde lejos. Mientras me acerco, veo a docenas de niños gritando y jugando. Justo al lado, se encuentra una escuela. Me miran con curiosidad cuando saco fotos de la puerta principal de estilo churrigueresco y flanqueada por paneles de azulejos.
Sigo mi camino hasta el barrio de los artistas. Un lugar donde ver los pintores y artistas trabajar en sus talleres. La Plazuela del Torno, que es el centro de este barrio, fue remodelada en 1941 y conserva un estilo virreinal. Sigo mi paseo hasta el mercado de la Victoria, construido en 1914. Hace unos años fue remodelado y se convirtió en el Centro Comercial La Victoria, que conjuga líneas clásicas de la arquitectura poblana con rasgos estructurales avanzados.
Puebla de noche
Vuelvo al hotel. Me cambio. Cuando salgo ya se hizo de noche. Voy al Zócalo para encontrar un sitio para cenar. Bajo el pasaje cubierto, descubro la terraza de La Oriental que propone tacos árabes al estilo Puebla, una especie de kebab. Bebiendo mi agua de Jamaica a sorbos, observo a los niños disfrazados que van de mesas en mesas para obtener unos pesos. Hoy, es Halloween.
Las temperaturas han bajado bastante. Decido dar una vuelta por la ciudad de noche. Siempre me han encantado las visitas nocturnas cuando las calles y los monumentos ofrecen otra cara. La iluminación pública es muy débil, lo que le da un cierto encanto a Puebla. El viento sopla y aunque me encantaría seguir mi paseo, vuelvo al hotel. Tengo que cuidar un poco de mi salud. Sigo sola en esta suntuosa habitación y me duermo pensando que Puebla se merece más que un solo día de visita. Es ciertamente una de las ciudades más guapa de México.
Gastos:
- Taxi Cuernavaca : 40$
- Bus Cuernavaca-Puebla : 290$
- Bus Puebla-Oaxaca : 462$
- Taxi Puebla : 74$
- Hotel Leonora Hostal (1 noche) : 330$
- Comida : 110$
- Otros : 213$
- TOTAL : 1519$