Siempre he querido visitar Pompeya. Pequeña, estaba fascinada por este lugar. Mi lado macabro, tal vez. Imaginar gente sepultada bajo la lava de un volcán debía impresionarme. Adulta, es el lado histórico que me fascino. Entonces Pompeya se coloco naturalmente en mi lista de los sitios a ver una vez en la vida. El verano pasado, durante un viaje a Roma y Nápoles, decidí que era el momento para tacharlo de mi lista.